Padres Carmelitas Descalzos
Del Diario de Guillermina Achával Rodriguez de Goyena
En Alta Gracia en Febrero 7 de 1942
Vísperas de celebrar las bodas de Plata de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes que se cumplieron el 10 de Septiembre de 1941 pero que como la Capilla estaba decorándose se celebrarán el 11 día de Nuestra Señora de Lourdes.
Después de invocar las luces del Espíritu Santo rogándole para que mi memoria me sea fiel, paso a hacer el siguiente relato, de como se hizo la gruta de Nuestra Señora de Lourdes en Alta Gracia.
En mi segunda estadía en Alta Gracia, año 1915, a la que volví por motivo de salud; contemplando sus montañas y sabiendo de tanto enfermo como llegaban aquí en procura de alivio para sus pulmones enfermos, pensé, en que esto era un marco propicio para reproducir la gruta de Lourdes y que la Santísima Virgen derramaría así en abundancia sus gracias sobre todos sus devotos.
Hablé de este mi proyecto a mis familiares y a algunas amigas, que en su momento se encontraban en la localidad, Ata González, Mercedes y Valentina Marcó del Pont, y Delfina Bunge de Gálvez. Todas aceptaron con entusiasmo la idea, la señorita de González quizo (sic) donar ella sola la imagen, pero dado el costo $ 1.900 fueron varias las contribuyentes como consta en el acta; a la Sra. de Gálvez le encantó tanto ésta idea que se me ofreció para ayudarme y trabajamos juntas e ideábamos la forma de sacar dinero y juntas buscamos y decidimos el lugar donde habíamos de erigir la gruta.
En un principio pensamos aceptar un terreno que para dicho fin nos donaba la Sra. Manuela Cámara de Rodríguez pero no encontrándolo muy pintoresco, visitamos otros puntos hasta que vimos el lugar en que está hoy la Gruta; recuerdo que como estábamos indecisas, resolvimos sacar a la suerte, para saber por cual d los tres lugares que teníamos en vista debíamos decidir, y para ello hicimos tres cedulitas y le pedimos a mi “mamita” (criada de la familia, a quien yo quería enormemente por su bondad y virtudes) que sacara la cédula, saliendo el lugar que en realidad más nos había gustado.
El dinero lo sacamos pidiendo entre nuestras relaciones como consta en el libro de tesorería y visitando y pidiendo de casa en casa en Alta Gracia, era extraordinaria la amabilidad con que nos recibían y el gusto con que todas nos daban su óbolo, también sacamos dinero dando algunos beneficios, vendiendo objetos de santería y de la alcancía que colocamos en la misma gruta.
Cuando después de tantos años recuerdo la facilidad con que juntamos en tan poco tiempo el dinero necesario para esta obra, pienso y creo, con alegría que la Santísima Virgen quizo (sic) ser venerada bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes en Alta Gracia
Guillermina A.R. de Goyena.